
Uno de los problemas más comunes que tienen las Startups en sus primeras etapas de desarrollo es precisamente la carencia de recursos. Recursos que no necesariamente son el no tener un departamento financiero, sino también se puede carecer de recursos técnicos, profesionales o humanos.
Dicha carencia puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de la empresa.
La mayoría de oficinas de abogados son reactivas, el cliente está acostumbrado a recurrir a su abogado sólo cuando tiene problemas. Y, muchas veces, ya es demasiado tarde. Hay momentos en los que no hay nada que hacer porque el problema es más grave de lo que se pensaba. O peor aún, ya no hay forma de salir de él.
¿Alguna vez le han planteado contar con un abogado proactivo, que trabaje de la mano con su Startup y que le permita anticiparse a los problemas, no sólo evitándolos sino creando las barreras que le defiendan de futuras situaciones adversas? Realmente, es un modelo novedoso y rompedor, acorde con las nuevas realidades. Máxime, para emprendedores en las primeras fases de su proyecto.
Pero falta algo….las Startups necesitan financiación. Esto implica que deben tener un Business Plan lo suficientemente atractivo para que los inversores deseen poner su dinero en su empresa y no en otra. Lo anterior implica que se haya hecho una valoración de la empresa fiel a la situación actual y a los escenarios previsibles. Se debe contar con una planificación de liquidez y solvencia que permita la operativa diaria del negocio. Se tienen que optimizar los costes analizando su estructura y su evolución. Ademàs, hay que adaptar operativamente la compañía a las nuevas realidades del mercado. Adicional a todo lo anterior, el emprendedor debe poner en marcha el proyecto.
Son demasiados frentes abiertos. Pero…
Y si mi abogado, como proactivo que es, me ofrece, adicional a sus servicios legales, los servicios de un consultor o departamento financiero que se encargue del asesoramiento en el día a día del manejo financiero de mi proyecto. Adicionalmente, me ayudará a preparar toda la documentación necesaria para conseguir la financiación que necesito. Me presentará inversores potenciales para mi negocio y me acompañará a las ruedas de negocio.
Además, tendría las siguientes ventajas;
Primero, contar con un CFO experimentado como uno más del equipo no como un gasto fijo elevado sino como uno variable y reducido. Segundo, su servicio es flexible, pues se programa acorde con las necesidades de la empresa. Tercero, profesionaliza la gestión financiera desde el inicio de la actividad. Neutraliza el riesgo al fracaso por una mal gestión financiera y de tesorería, controla los flujos de caja y gestiona la relación con los inversores. Cuarto, permite que el equipo se focalice en el producto, el marketing y las ventas. Finalmente, apoya en la preparación de los procesos de fundraising.
Abogado y CFO proactivos, partícipes de mi proyecto, que han sido emprendedores igual que yo, que conocen mis problemas y mis necesidades porque las han vivido en carnes propias. ¿Qué más puedo pedir?
Trabajo, trabajo y mucho trabajo para que a través del Departamento Financiero, tu proyecto sea un éxito.
Artículo escrito por Jaime Oliver, consultor financiero y socio de Emindset Law
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