La legislación avanza lentamente para adaptarse a la revolución del mundo interconectado y los abogados van a tener que estar lo suficientemente preparados para abarcar las necesidades de los clientes y de las empresas.
La ciudad del futuro es inteligente. Se llama Smartcity y en ella veremos coches autónomos, dispositivos-máquinas permanentemente conectados entre sí compartiendo en tiempo real grandes -¡qué digo! GRANDÍSIMAS, cantidades de datos. Y el reto para que se produzca no es sólo tecnológico, sino también legal.
¿Qué pasa si un coche autónomo conectado con bluetooth no para cuando el semáforo esté en rojo y atropella a un peatón? ¿Quién será responsable?
- ¿El fabricante del coche?
- ¿El peatón que no llevaba un smartwatch que comunicara de su presencia al coche o al semáforo?
- ¿El conductor del vehículo que aunque sea autónomo debe supervisarlo?
- ¿El fabricante del semáforo porque no se puso en rojo a tiempo o no envió la señal al coche para que éste frenara?
- ¿La startup que diseñó el dispositivo bluetooth que conecta el coche con el semáforo y cuya conexión falló? ¿
- El Ayuntamiento, dueña del semáforo y responsable de la infraestructura?
- ¿La operadora de telefonía que gestiona el 5G?
Los abogados van a tener que afrontar los siguientes retos:
- Modificaciones en el régimen de responsabilidad por daños derivados del incumplimiento de los contratos de prestación de servicios.
- La propiedad de los datos originados y que se transfieren a través de la tecnología.
- El tratamiento de categorías especialmente protegidas de datos personales.
- Cuestiones relativas a la ciberseguridad.
- La libre circulación de los datos no personales y el acceso a los mismos.
- La protección y la seguridad de infraestructuras críticas en el ámbito de las telecomunicaciones y el transporte autónomo.
Los clientes para estar debidamente protegidos, van a tener que empezar a apostar por firmas legales innovadoras y preparadas. Smartcity va a suponer un cambio. ¿Hablamos?